El dolor es un término complejo que ha tenido múltiples definiciones a lo largo de la historia. La definición más aceptada hoy en día es la de la IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor, por sus siglas en inglés).
La IASP define el dolor de la siguiente forma: “El dolor es una experiencia sensorial o emocional desagradable asociada a un daño real o potencial en un tejido, o descrito en términos de dicho daño”
Me gustaría recalcar que el dolor puede ser tanto sensorial, relacionado a la parte física de nuestro cuerpo, como emocional, esa parte de nosotros que no se ve. Pero además puede estar causado por un daño real (una lesión que ya está presente) o potencial (todavía no existe la lesión como tal pero nuestro cuerpo nos está dando la información de que algo no va bien y que puede que algo malo ocurra).
¿Por qué sentimos dolor?
El dolor físico, a nivel global, es una alerta que tiene nuestro cuerpo para advertirnos de varias posibilidades. Bien de que hay un estímulo que puede causarnos algún mal o bien de que hay una lesión presente en nuestro cuerpo que debemos cuidar para que esta no nos produzca una lesión mayor.
Cuando acercamos mucho la mano al fuego podemos sentir una sensación desagradable que nos hace retirarla mucho antes de que nos quememos, ese sería el primer caso de dolor. Sin embargo, un esguince también es un mecanismo de defensa, el dolor nos está avisando de que ya hay una lesión presente y no nos deja realizar determinados movimientos para impedir que esa lesión se complique.
Pero, ¿cómo se transmite el dolor?
Nuestro cuerpo está lleno de terminaciones nerviosas, las cuales se encargan de recoger los distintos tipos de sensaciones que nos llegan del medio externo y convertirlas en información que nuestro cerebro pueda procesar, en forma de impulsos eléctricos.
¿Cómo diferenciamos las sensaciones agradables del dolor? Muy fácil, porque tenemos terminaciones nerviosas específicas para el dolor a las que denominamos “nociceptores”, que recogen la información dolorosa y la envían al cerebro.
¿Y cómo sabemos qué parte de nuestro cuerpo nos duele? Antes de llegar al cerebro los impulsos eléctricos han pasado por una parte de nuestro sistema nervioso central que se llama tálamo. El tálamo es el encargado de enviar esa información a nuestra corteza sensitiva (es la parte del cerebro en la que están representadas todas las partes de nuestro cuerpo). Dentro de la corteza sensitiva podemos activar la parte del cuerpo que corresponda con la que sentimos dolor.
Más fácil, imaginemos que tenemos en nuestro móvil un mapa de casa y que con él podemos encender la luz que queramos simplemente dándole una orden verbal, como una especie de “Alexa”. Muy bien, ahora imaginemos que estamos de viaje y queremos encender alguna luz de casa para que parezca que hay gente en su interior y así evitar posibles robos.
Muy bien, decides que es mejor encender la luz del salón y simplemente diciéndole al teléfono “encender luz del salón” este envía la información y la luz del salón de tu casa se enciende.
¿Qué ha pasado? Hay un posible daño en tu casa (los ladrones), ante ese posible estímulo tú (como nociceptor) decides que hay que actuar encendiendo la luz del salón, entonces mandas una señal (tu voz) al teléfono (el tálamo) y esté utilizando su pequeño mapa (corteza sensitiva) activa la luz del salón porque es la que tú le has dicho que encienda.
Así es, a grandes rasgos, como funciona el dolor, pero no todo es tan fácil.
¿Por qué es tan difícil hablar de este problema?
Porque el dolor es subjetivo, individual. Quiere decir que no depende sólo del tipo de lesión que tengamos, si no también de la percepción que tengamos cada uno del dolor en sí.
¿Qué quiere decir todo esto? Que depende de cómo reciba nuestro cerebro la información del estímulo doloroso. Esto depende mucho de nuestras experiencias anteriores relacionadas con el dolor, de si esta sensación nos da miedo o no, de si tenemos herramientas para saber gestionarlo, de si comprendemos por qué estamos sintiéndolo o no, de si nos genera estrés etc.
Como podemos ver hay multitud de factores que entran en juego simplemente por una sensación. Pero es imposible separar sensación de emoción, ya que una conlleva a la otra.
Además, una misma sensación puede llevar a emociones diferentes dependiendo del entorno en el que se produzca. No es lo mismo caernos cuando estamos solos en una calle que si hay multitud de personas que pueden vernos. La vergüenza es un sentimiento que aparece o no dependiendo del entorno en el que ocurra una sensación dolorosa, que es igual en ambos casos porque está provocada por el mismo estímulo.
Y si todo esto no fuera suficiente tenemos ocasiones en las que el dolor no cumple esa función de protección si no que se produce como un mecanismo patológico, como por ejemplo cuando hay una alteración del sistema nervioso.
Aún así, aunque se haya convertido en patología hay una causa física para ese dolor, pero hay otras ocasiones en las que ni siquiera esto es posible. Simplemente hay dolor en ausencia de una causa que lo produzca.
Este último caso es lo que se denomina como dolor psicógeno, del cual hablaremos más detenidamente en otro post.
Conclusiones
Con todo lo que hemos hablado, creo que más o menos queda claro el enorme campo que engloba el dolor, a veces inabarcable de forma individual. En ocasiones el tratamiento no es competencia de un solo profesional de la salud, si no que es necesario trabajar de forma multidisciplinar (desde ámbitos y enfoques diferentes).
Por ello si tienes un dolor complicado que no mejora te animamos a que acudas a un centro multidisciplinar donde valoren tu suelo pélvico y traten globalmente tu dolor.
SEGURO QUE TAMBIÉN TE INTERESA…
El placer sexual y el orgasmo, ¿juntos, separados o revueltos?
El placer sexual y el orgasmo ¿juntos, separados o revueltos?Ya hemos estado aprendiendo más sobre el placer, y en concreto sobre el placer sexual que es lo que vamos a ver en detalle a continuación. Al hablar de placer sexual es inevitable no hablar del orgasmo, ya...
El placer: conocerlo y disfrutarlo.
El placerconocerlo y disfrutarlo.Hace poco te contábamos sobre la relación que tiene el suelo pélvico y el placer y cómo se puede mejorar esa relación; pero ahora nos damos cuenta que aún hay mucho desconocimiento sobre el PLACER en sí mismo y por eso queremos...
Placer y suelo pélvico
Placer y suelo pélvicoBlog en colaboración con:El orgasmo es el mejor ejercicio para tu suelo pélvico¿Alguna vez te has preguntado qué tiene que ver el suelo pélvico con el placer? Últimamente hablamos mucho de la importancia de reivindicar el placer femenino, el...
Horario
De lunes a viernes
de 8:00 a 21:00
Teléfono
667 03 01 23
Dirección
C/ de Lope de Rueda
N.º 17, 1º C - Madrid
Barrio Salamanca - Retiro
0 comentarios